7 de octubre de 2019

Mitos sobre el bilingüismo infantil - parte 1

Es común que las familias hispanohablantes que emigran convivan con dudas sobre cómo criar a sus hijos para que sean bilingües. En este contexto, es muy importante conocer los mitos sobre el bilingüismo infantil y los argumentos para combatirlos. De esta forma es posible proteger a la familia de prejuicios o de consejos que ignoran los datos de las investigaciones científicas de las últimas décadas. Veamos algunos mitos y cómo combatirlos:

1. Exponer a los niños a una lengua de herencia tendrá un efecto negativo en la adquisición de la lengua utilizada en la sociedad de residencia. Además, exponer al niño a dos o más lenguas desde el nacimiento causará algún retraso en su desarrollo.

Las investigaciones científicas no lo confirman. En consecuencia, no hay relación de retraso en el desarrollo lingüístico debido al hecho de que un niño sea bilingüe. Por el contrario, las encuestas más actuales indican que las personas que desarrollan sus habilidades en dos lenguas, con el paso del tiempo, tienen mayor facilidad para desempeñar ciertas tareas, como por ejemplo, mayor conciencia sobre la estructura de las lenguas y tener mayor rapidez en situaciones que implican la capacidad de resolver problemas (Bialystock, 2007).

2. Los niños deben primero ser alfabetizados en la lengua del país de residencia para luego iniciar la alfabetización en la lengua de herencia.

Por el contrario, las encuestas indican que cuanto más fuerte y más desarrollada sea la lengua de herencia, mejor será el desarrollo en la lengua de la sociedad de residencia (Beeman y Urow, 2013). En realidad, cuando las lenguas comparten ciertas estructuras y el mismo alfabeto, como el español y el francés, los niños transfieren sus habilidades de una lengua a otra, lo que ayuda en el proceso de alfabetización.

3. Las personas bilingües hablan sin acento. 

Es mucho más común encontrar personas bilingües que tienen acento. Es importante entender que tener o no un acento no determina la habilidad lingüística de una persona. Los hablantes de herencia pueden hablar español con un acento o no, dependiendo de su historia con la lengua. Lo importante es que sean capaces de comunicarse. Las investigaciones sobre otras lenguas, por ejemplo el inglés como segunda lengua, comprueban que las personas pueden comunicarse con mucha eficiencia incluso teniendo una influencia muy marcada de la sonoridad de su primera lengua. La eficiencia de la comunicación no está vinculada al acento, sino a la estructura gramatical, a la objetividad, al dominio del vocabulario, la fluidez, entre otros aspectos.

4. Un hablante que sabe bien una lengua nunca usa la otra al mismo tiempo.

Entre bilingües, es común la alternancia de códigos, es decir, utilizar dos (o más) idiomas al mismo tiempo. Un hablante de herencia puede pasar de una lengua a otra en enunciados diferentes o incluso en medio de una frase, o insertar palabras o "pedazos" de una lengua cuando está hablando con la otra. Esta alternancia no significa que el hablante no las domine, por el contrario: lo que eso indica es que el hablante se siente a voluntad con los dos (o más) códigos y, por lo tanto, pasa del uno al otro con facilidad para hacer eficiente la comunicación. Como resalta Carvalho (2012), la alternancia de códigos, code switching, forma parte de la competencia y la identidad lingüística de los hablantes de herencia.
Aunque se debe fomentar el uso de la lengua de herencia (en nuestro caso, el español), no se debe suprimir negativamente estas ocurrencias que simplemente demuestran la comodidad del niño en dos (o más) lenguas. Además, es muy natural que los hablantes seleccionen ciertas palabras, términos o ideas en una lengua específica, ya sea porque los usan más frecuentemente en esa lengua o porque, sencillamente, sienten que no hay una traducción exacta de lo que quieren expresar en la lengua que están usando, por lo que deciden incorporar otra en su discurso. 

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